Los gavilanes
Tras una larga estancia en el Perú, Juan vuelve a su aldea natal, viejo pero inmensamente rico. El regreso es celebrado por toda la aldea. En un momento, se cuenta la verdadera razón de la partida: el amor de una mujer, Adriana. En el reencuentro con su antiguo amor, Adriana, Juan conoce a la hija de esta, Rosaura, de la que cae enamorado, quizá buscando en ella la belleza juvenil que no encontró en su madre.