Ícare tiene la inteligencia de las primeras mujeres que inventaron y pilotaron los primeros aviones, tiene el brazo derecho de Xicoténcatl y el brazo izquierdo del célebre Dédalo.
A partir de un deseo, el de ser el humano perfecto, sin imposiciones de la sexualidad e identidad de género para elegir cómo ser llamada, llamado o llamade.
LU e IZUM, viajeros en el tiempo, han visitado el mundo y han visto cómo se ha transformado y corromperse por un poco de papelitos de colores que después se transforman en tarjetas de crédito sin límite, viendo como las personas se desvían de los sueños de la infancia.
Ícare emprenderá su vuelo una vez acepte su identidad sexual y se sienta seguro de expresarse frente a su vecina Junko.
En un espacio lóbrego, un personaje femenino sentado en una silla, trata de mantener una rutina de trabajo, pero su cuerpo utilizado para producir, reproducir y tirar, a veces no obedece. Sólo recibe la visita de él. Entre golpes y abusos ella ha aprendido a someterse y temerlo.
Sumergida en un profundo sueño terrorífico que nunca acaba, en la pesadez del encierro y el aislamiento, surge una entrañable amistad. De este modo descubre a Katrín, su inseparable amiga... su silla. En el transcurso de la obra ella tomará consciencia de lo que le ocurre.
Un recorrido cabareteado en el que, a manera de un manual de baile, se desmenuzan las experiencias sáficas de una señora lesbiana. Volcada en evocaciones noise-cumbieras, reflexiona sobre “las amoras, las desamoras” y las intensidades de vivirse lesbiana dentro del heteroimperio.
Con el sentido del humor necesario para burlarse de sí mismas, reivindicando su piel color cartón y las ganas de reavivarse mediante el movimiento.
Una equipa de señora lesbianas incitará a las asistentes a explorar lo que culturalmente se les ha negado al echar la cumbia: dirigirla.
Andy es un chico que busca ser visto por primera vez, que busca respuestas y no sabe dónde encontrarlas, el metro de la Ciudad de México se ha convertido en su mejor pasatiempo, explorar su sexualidad ha sido más fácil de lo que él cree; sin embargo, la escuela y su familia han sido detonadores de emociones y sensaciones nuevas.