Nxutsi es una niña otomí del valle del mezquital. Su mamá se ve obligada a dejar de peinarla, como lo había hecho durante tanto tiempo, cuando su papá se tiene que ir a trabajar pal norte para mantenerlas.
Una propuesta de danza y teatro bilingüe del hñahñu y el español que busca desde la ilusión del movimiento, del títere y la poesía, hablar con las niñas y niños sobre las tareas que les son adecuadas hacer en casa.
La Trouppe y ¡Qué payasos! unen su talento y magia en un concierto desconcertante, juntos por primera vez fusionando sus estilos particulares para obtener una fórmula artística escénica única llena de música, color, movimiento y muy buen humor.
Con dos compañías mexicanas parteaguas del teatro y la música para niños con más de 40 años de trayectoria artística, el encuentro promete tener los éxitos más representativos de cada uno, en una gala musical animada que disfrutará toda la familia.
De niños tenemos miedo a muchas cosas, unas las olvidamos, algunas permanecen y otras las vencemos. Esta es la historia de Artú, un niño que vive temeroso de un monstruo que manipula a su mamá, ha invadido su casa y ha entrado hasta a su cuarto. La aventura comienza cuando el pequeño decide terminar con su terror más grande a lado de su mejor amigo, Koke.
Ambos vencerán su miedo y harán lo necesario para deshacerse de esa terrible y espeluznante criatura.
La Trouppe y ¡Qué payasos! unen su talento y magia en un concierto desconcertante, juntos por primera vez fusionando sus estilos particulares para obtener una fórmula artística escénica única llena de música, color, movimiento y muy buen humor.
Con dos compañías mexicanas parteaguas del teatro y la música para niños con más de 40 años de trayectoria artística, el encuentro promete tener los éxitos más representativos de cada uno, en una gala musical animada que disfrutará toda la familia.
Entre kilos de maquillaje, plumas, tequila, tacones, encuentros y nervios, cuatro vedettes y un músico conversan sobre sus descubrimientos, deseos y fetiches sexuales.
Posteriormente, se develará una intimidad no acorde a la vida sexual que se esperaría de ellos.
Siete personajes están en una travesía rumbo a la Ciudad Blanca; son perseguidos y crean lazos al calor del fuego. En la vida, las personas migran de país, barrio, etapa o emoción.
Una sabia mujer serena, un exiliado con su familia, un joven del barrio, un expatriado sin echar raíz, una habitante de sueños complejos, un caminante de la añoranza y un viajero buscando perdón y se encontrarán en cada una de sus experiencias y emociones que los llevan hacia la gran ciudad.
Las Ciudades Invisibles se construyen en nuestro interior, a partir de las experiencias, lugares y seres que marcan nuestro viaje.
CIUDADES INVISIBLES: EL VIAJE, UNA REFLEXIÓN DESDE LA DANZA ACERCA DE MIGRACIONES GEOGRÁFICAS Y EMOCIONALES
Con la compañía La Pausa Teatro Danza, se escenificará del 20 al 23 de abril en el Teatro Benito Juárez
Dirigen Paulina del Carmen y Roberto Mosqueda
“Por fin, una pieza coreográfica completa, que surge del deseo de un encuentro creativo entre personas, en un mundo que actualmente pareciera desafiar toda lógica”, así califica la crítica especializada a Ciudades invisibles: El viaje, espectáculo de danza-teatro de Paulina del Carmen y Roberto Mosqueda, creado a partir de la obra Ciudades invisibles, realizada 2021 en colaboración con el coreógrafo cubano Jairo Cruz.
Dicho proyecto, surgido del XXXIX Premio Nacional de Danza Guillermo Arriaga, se presentará ahora como una producción de la compañía La Pausa Teatro Danza, del 20 al 23 de abril, de jueves a domingo, en el Teatro Benito Juárez de la colonia Cuauhtémoc, recinto de la Dirección del Sistema de Teatros de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.
Ciudades invisibles: El viaje es la versión extendida y completa, desarrollada por Paulina del Carmen y Roberto Mosqueda, en la que siete personajes que conforman la historia terminan de darse a conocer. La pieza habla de las migraciones humanas –geográficas, mentales, emocionales o espirituales–, esos cambios que se hacen de región o de una etapa de la vida a otra, dicen los directores, coreógrafos e intérpretes Paulina del Carmen y Roberto Mosqueda, quienes tendrán como intérprete invitado al bailarín Ulises González.
Aquí, siete migrantes que son perseguidos en sus lugares de origen, llegan a sitios desconocidos en la búsqueda de un mejor porvenir. Ello no les impide estrechar lazos humanos. Cada uno tienen su propia historia, orígenes e incertidumbres en su porvenir y su única certeza es andar hacia adelante.
“Las personas migramos: de país, barrio, etapa o emoción. Añoramos donde nacimos; gritamos y cuestionamos el mundo roto que vivimos. Las ciudades invisibles las construyen cada quien, en su interior, a partir de experiencias, lugares y seres que marcan nuestro viaje”, dicen los directores e intérpretes, y afirman: “Se trata de una aventura sensorial sobre migración y vida”.
El proyecto de Ciudades invisibles: El viaje hizo giras por el centro de México, con funciones en espacios de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo del Centro Cultural del Bosque y en la Sala de Conciertos Elisa Carrillo del Estado de México.
Además, se hizo acreedora del segundo lugar en el concurso New Choreographers of México (Canadá) y recibió invitaciones para participar en certámenes como el Concurso Internacional de Coreografía de Burgos y de New York.
En octubre pasado año representó a México en el Festival Internacional de Danza Contemporánea PRISMA, ha participado al lado de destacados coreógrafos y compañías como Akira Yoshida (España), Sharon Fridman (España/Israel), Compañía Toula Limnaios (Alemania) e Inbal Pinto (Israel).
A un año de distancia y diversas funciones de por medio, los intérpretes afirman: “Estamos muy contentos y orgullosos de nuestro trabajo. En medio de estos tiempos complejos para el arte, el camino –como la obra misma lo profetiza– no ha sido sencillo: ha estado marcado por fuertes cambios, retos y desapegos, así como por profundas satisfacciones”.
El elenco lo conforman ambos creadores junto con el bailarín Ulises González, y la música original es una creación de Donovan Sierra. La iluminación es original de Jairo Cruz, Paulina del Carmen y Roberto Mosqueda.
A lo largo de la propuesta se plantea la metamorfosis de habitar un cuerpo, los sueños y los recuerdos y así como sostener el juego entre la fantasía y la realidad buscando recobrar la capacidad de asombro. La escenografía son cajas de cartón que refieren a incontables recuerdos que con el paso de los años almacenamos y arrinconamos, olvidando aspectos esenciales de nuestro ser.
BAILACUENTOS, UN LLAMADO INTERGENERACIONAL A LA RECONSTRUCCIÓN DEL TEJIDO SOCIAL DESDE LA EMPATÍA Y EL RESPETO
Coreografía a cargo de la compañía morelense Ictus Danza, se presentará del 20 al 23 de abril en el Teatro Sergio Magaña
La compañía de danza contemporánea, independiente y autogestiva Ictus Danza, que reside en Cuernavaca, estará en la Ciudad de México para presentar su espectáculo Bailacuentos, bajo la dirección del coreógrafo Gerardo Sánchez. Se trata de una pieza de danza contemporánea de gran formato dirigida al público juvenil; un cuento poético que a través de la metáfora juega con la relación que existe entre la realidad y la fantasía.
Desde la imaginación de un niño que crea y hace existir mundos oníricos al tiempo que escucha las historias contadas por su abuelo, los personajes son representados por títeres, así como las aventuras imaginadas son bailadas por intérpretes humanos en segundo plano.
Bailacuentos es parte de la programación de la Dirección del Sistema de Teatros de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, y se escenificará del 20 al 23 de abril, de jueves a domingo, en el Teatro Sergio Magaña de la colonia Santa María La Ribera.
El montaje e iluminación es responsabilidad de Gerardo Sánchez, y cuenta con las particiones de los creadores escénicos Beatriz Dávila, Maco Viveros, Fernanda Simental, Alberto Mora, Bereniz Pantle, Jairo Ortiz y Vladimir Martínez. La música original es de Rodrigo Gallegos Pinto, el vestuario de Lalo Lugo, la fotografía de Dévora Rodríguez, los títeres son realizados por Patrizio Torres, hay un poema original de Sandra Abúndez y la voz en off pertenece a Armando Ramírez.
La puesta en escena tiene como propósito “poner frente a un espejo la vejez y la niñez”, pues a lo largo de la propuesta se plantea la metamorfosis de habitar un cuerpo, apoderarse de los sueños y los recuerdos, así como sostener el juego entre la fantasía y la realidad para recobrar la capacidad de asombro.
Gerardo Sánchez explica: “El personaje principal, representado a través de un títere de tamaño natural y corporizado por dos bailarinas, es un anciano, un personaje simbólico, que reflexiona sobre el envejecimiento y las distintas facetas de la vida. Y es importante destacar que aquí, la escritora Sandra Abúndez, al momento de escribir el poema medular de la obra, sublima su experiencia personal al reencarnar la demencia senil de su padre”.
La historia, contada a través de la palabra y de la expresión corporal de la danza y el teatro, dirige la línea temática de Bailacuentos a captar la atención a dos poblaciones consideradas vulnerables en las sociedades modernas: las infancias y las personas mayores.
Por un lado –agrega Gerardo Sánchez– sensibiliza al espectador sobre el olvido y el menosprecio que pueden enfrentar las personas ancianas. Por otro lado, alude al juego como una necesidad básica y fundamental de las infancias para la conformación de su identidad y demuestra la importancia de establecer vínculos que sensibilicen a una generación frente a otra, volviéndose así la propuesta un llamado desde las artes escénicas a la reconstrucción del tejido social, pero desde la empatía y el respeto más allá de las brechas intergeneracionales.
Así, el juego coreográfico desempolva entrañables instantes y junto con la música original creada a la par de la coreografía, envuelven al espectador en atmósferas de añoranza que logran entretejer la inocencia de la infancia con la sabiduría de la vejez, para renovar el sentido de vivir una vida plena y llegar así al momento de la inevitable trascendencia.