Dos mujeres huérfanas caminan en una ciudad que ya no existe y que, sin embargo se mantiene en el tiempo como una pregunta por el origen. Una lucha que se narra y se acontece en el cuerpo herido de este par de etcéteras que se defienden de la noche y la violencia, encontrando la esperanza en reparar los vínculos a través de acortar las distancias geográficas que las separan de su casa.

Petra y su madre se han quedado mirando cómo se llevan a Soledad, su vecina, acusada de un crimen que no cometió. La angustia de Petra incrementa al pasar las horas, al pensar que pudo haber hecho algo para defenderla, pero el miedo la paralizó. Los comentarios de su familia hacen pensar a Petra que, si algo así sucediera con ella, nadie querría ayudarla. Mientras tanto, en la prisión, la vecina Soledad va hilando cuento tras cuento, buscando un modo de postergar su inminente condena.