¡VIVA! de Manuel Liñán
“De pequeño me encerraba en mi cuarto y me vestía con la falda verde de mi madre. Me adornaba el pelo con flores, me maquillaba, y bailaba a escondidas. Ese baile era impensable fuera de esas cuatro paredes”.
De esta memoria íntima de la infancia nace Viva, en unas circunstancias en las que reglas sociales y artísticas imponen, de alguna manera, a que el artista deba manifestarse según su género.
Un grito a la libertad de la transformación, que no siempre implica una manera de enmascararse, sino más bien una desnudez.