Programa escénico que entrelaza dos obras unipersonales en las que se vislumbran paisajes surrealistas con elementos sublimes y perturbadores. Estas piezas coreográficas construyen la reflexión sobre la muerte, las emociones, la sensualidad y el erotismo; se caracterizan por el uso libre de imágenes y abordan el espacio escénico para describir un mundo onírico y a la vez desafiante. Con un fondo sonoro impregnado de insectos y sonidos celestiales danzan sus inquietudes y logran convertir el espacio escénico en un dilema antagónico entre la realidad y el sueño.