
Pieza performática propuesta por Ricardo Rubio, director de escena y coreógrafo mexicano, que deconstruye y recupera la esencia del ritual escénico a partir de la investigación de tres movimientos sagrados que se trabajan en las danzas tradicionales y que son fundamento del trance escénico: el giro, la percusión (el ritmo) y la vibración sonora de la voz (pre-lenguaje), en un contexto contemporáneo, valiéndose de la abstracción, la tecnología y la interacción multidimensional.