El Teatro de la Ciudad Esperanza Iris es uno de los más emblemáticos recintos del Centro Histórico, zona considera desde 1987 como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
En su escenario se han presentado grandes figuras como Enrico Caruso, Ana Pavlova, Pedro Vargas, la compañía de Pepita Embil, Placido Domingo, Fernando de la Mora, Joan Manuel Serrat, Marcel Marceau, Alfredo Zitarrosa, Silvio Rodríguez, Nacha Guevara, la compañía de Rafaello Sanzio, Israel Galván, TAO Dance Theater, Malandain Ballet de Biarritz y Akram Khan, entre muchos otros.
A principios del siglo XX, México atravesaba por múltiples cambios políticos, económicos y culturales, sin embargo, la artista Esperanza Iris (1884-1962), a pesar de la crisis por la que atravesaba el territorio nacional, se aventuró a cumplir uno de sus más anhelados sueños: construir su propio teatro.
Rosalía de la Esperanza Bofill y Ferrer, conocida artísticamente como Esperanza Iris, nació en la ciudad de Villahermosa, Tabasco, en marzo de 1884. Sus primeras relaciones con el ámbito teatral fueron en la casa de huéspedes que su madre administraba, la cual se situaba a un costado del Teatro Merino.
A la edad de doce años ingresó a una compañía infantil de zarzuela en la que debutó con el personaje de Menegilda de La Gran Vía en el Teatro Arbeu (hoy Biblioteca Lerdo de Tejada), que era considerado uno de los más importantes escenarios de la capital mexicana.
Tres años después, Iris junto con el actor cubano Miguel Gutiérrez fundaron su primera compañía de zarzuela y antes de cumplir los 25 años ella ya era conocida en los principales escenarios de América Latina. La Compañía Iris-Gutiérrez obtuvo gran aceptación y, tiempo después, dicha empresa fue renombrada como la Compañía de Operetas Vienesas.
En 1916, periodo en el que Esperanza Iris junto con Juan Palmer se encontraban de gira por Centroamérica, el director de la orquesta Mario Sánchez encontró el lugar adecuado para realizar el sueño de la diva: El Teatro Xicoténcatl, ubicado en la calle de Donceles, a un costado de la Cámara de Diputados; era un edificio de madera inaugurado en 1912 y para diciembre del año siguiente ya se encontraba a la venta debido a su mala construcción y acústica, mismos que interferían con el trabajo legislativo.
La edificación del nuevo teatro, ideado al estilo de La Scala de Milán, comenzó el 15 de mayo de 1917 y fue liderada de los arquitectos Ignacio Capetillo y Servín y Federico Mariscal. Guillermo Cárdenas hizo lo referente a la escultura, ayudado por Moisés Guzmán y Salvador Contreras, alumnos de la Academia de Bellas Artes; los Hermanos Posadas tuvieron a su cargo todas las molduras de yeso, el señor Daniel del Valle fue el encargado de la pintura, y el electricista León Cedillo Tableros realizó la instalación eléctrica del recinto.
El 25 de mayo de 1918, La Diva de la Opereta vio cristalizado su sueño al inaugurar su propio espacio, llevando un aire esperanzador a una nación que aclamaba conocerlo. Al evento acudió el presidente Venustiano Carranza y su gabinete.
En aquel entonces, el Teatro Esperanza Iris fue considerado como un augurio de paz, estabilidad y prosperidad para el régimen revolucionario, ya que fue señal de que la sociedad podía encontrar en la cultura la armonía sobreponiéndose a la violencia e inestabilidad sociopolítica; se convirtió en el espacio con mayor reconocimiento a nivel nacional e internacional así como la sede principal de los más importantes acontecimientos escénicos de aquella época, además de pionero en adquirir, adaptar y presentar obras universales.
Todo México, es decir, representaciones de todas nuestras clases sociales, invadieron en masa el gallardo edificio que se levanta en la calle de Donceles. Desde el Primer Magistrado de la Nación que ocupaba un palco de honor y al que a su llegada se le rindieron los honores debidos a su alta investidura, hasta el obrero, batieron palmas entusiastas al descorrerse el telón por primera vez y aparecer la mimada artista. (Excélsior, 26 de mayo de 1918).
Por más de una década, el recinto de Donceles fue considerado el más importante de la República, siendo la ópera el género que más lo caracterizaba. Artistas de fama internacional como Enrico Caruso, Ana Pavlova, Rosa Raisa, Titta Ruffo y Gabriella Besanzoni iluminaron las marquesinas del recinto.
Durante la década de los treinta con la llegada de la radio y el cine a México, Esperanza Iris adaptó su teatro a las nuevas exigencias de la audiencia, presentando espectáculos como burlesque y revistas musicales. Finalmente a partir del 13 de septiembre de 1934, el Teatro Esperanza Iris cambió su nombre a Cine-Teatro Esperanza Iris.
A partir de 1953, y durante 15 años, Esperanza Iris tuvo que rentar su teatro al señor Calvet, sin embargo, ella seguía viviendo en el pequeño departamento que construyó dentro del mismo recinto el cual lo llamo "mi novio ingrato"; dicho nombre surgió por el amor incondicional que le tenía a su coliseo.
El 8 de noviembre de 1962, a la edad de 78 años, falleció la diva Esperanza Iris. El funeral se llevó a cabo en el escenario de su teatro en el cual asistieron miles de dolientes.
Esperanza Iris repartió la titularidad del teatro a varios de sus sobrinos y tiempo después el recinto logró tener mayor éxito como espacio de burlesque, en donde María Salomé, Yesenia Romel, María Conesa, Josephine Baker y Lyn May eran las nuevas estrellas del recinto.
En la década de los setentas, la ópera había crecido, tanto de nivel como calidad y cantidad, por lo que el recinto de Donceles empezó a cobrar nueva vida y logró encumbrarse nuevamente como el escenario de presentaciones operísticas de alto nivel.
A decir de José Octavio Sosa, documentador de los géneros operísticos en México, "[...]grandes talentos como Gilda Cruz-Romo, Belén Amparán, Roberto Bañuelas, Rosita Rimoch, Jorge Lagunes, Guillermina Higareda, Aurora Woodrow, Cristina Ortega y David Portilla (por mencionar algunos) honraron con frecuencia al teatro con sus brillantes actuaciones".
Años después, el Teatro Esperanza Iris dejó de estar en manos de los sobrinos de la diva y quedó como propietario el Departamento del Distrito Federal; mismo que se encargó de generar la remodelación del recinto que estuvo a cargo del arquitecto Giner de los Ríos.
En 1976, se reinauguró el recinto con la participación de la Orquesta Sinfónica Nacional. A partir de entonces, llevó el nombre de Teatro de la Ciudad y siguió mostrando presentaciones de distintos gustos. Por su escenario pasaron artistas como Marcel Marceau, Alfredo Zitarrosa, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Miguel Bosé, Tania Libertad, el Festival OTI de la Canción, Armando Manzanero y Joan Manuel Serrat, entre otros.
Casi una década después, en 1984, el Teatro de la Ciudad tuvo que cerrar a causa de un incendio que fue provocado por las chispas de una máquina de soldar, y no fue hasta el 20 de noviembre de 1986 que volvió a abrir sus puertas y se presentó un homenaje al tenor guanajuatense Pedro Vargas; sin embargo, tras un daño en la fachada fue cerrado nuevamente en 1996.
El recinto de Donceles fue reabierto el 9 de abril del 2002, con el espectáculo _Viva la Zarzuela_ que estuvo bajo la dirección de Plácido Domingo; ese día también se presentaron la soprano Eugenia Garza Prieto, la mezzosoprano Cecilia Díaz, el tenor Rolando Villazón y el barítono Jorge Lagunes.
Para dicho acto, el historiador Enrique Semo expresó:
El teatro fue construido en el año de 1917, cuando la agitación de la revolución no se había apagado y es por eso un símbolo de la vitalidad y el amor a la cultura de los habitantes de nuestra gran ciudad. En su nueva época, este escenario deberá responder a los gustos de todos los ciudadanos y ser a la vez caja de resonancia de los cambios espectaculares que está conociendo el arte mundial en este principio de siglo XXI. Su programa estará inspirado en un profundo sentido de responsabilidad social y a la permanente búsqueda de calidad artística. Se hará a la vez eco del arte mexicano y de las mejores expresiones del arte mundial.
El 24 de octubre de 2008 se festejó el 90 aniversario del Teatro de la Ciudad. Dicho día se presentó una gala de opereta y zarzuela titulada _Un iris de esperanza_ el cual buscaba darle homenaje a la gran diva de la opereta: Esperanza Iris. En esa ocasión, el entonces jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, anunció que el Teatro de la Ciudad cambiaba su nombre a Teatro de la Ciudad "Esperanza Iris" con fin de devolverle al recinto el nombre que le correspondía y una forma de preservar la memoria de una de las figuras más importantes de la cultura de principios del siglo XX.
En años más recientes se han presentado grandes figuras como el Ballets C de la B, Tania Libertad, Eugenia León, Mazltov! Teatro Judío de Varsovia, Ibérica de Danza, la Compagnia Finzi Pasca, Thor Danse Compagnie, Tsukinoura y los últimos Cardencheros de Sapioriz, entre cientos de grandes artistas internacionales.
Referencias:
http://www.mexicodesconocido.com.mx/del-teatro-xicotencatl-al-esperanza-...
Página de la Secretaria de Cultura.
Tiempos de ópera: Crónicas del Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, 1918,2011. José Octavio Sosa, publicación 2012.
Peritódico Excélsior, p.14, mayo de 1918.