Propuesta escénica elaborada a través de la palabra y la danza, que reflexiona sobre la virtud de pensar como punto generador de luz, de esa luminosidad que irradian aquellos seres a quienes consideramos imprescindibles; seres, que más allá de indeterminadas circunstancias, deciden persistentemente encender esa “luz”, a través del acto de pensar, hallando la transfiguración de los quehaceres ordinarios en un sendero de dignidad, una forma de renovar la voluntad para sonreír y bailar.