Un grupo de pobladores yucatecos cuenta las señales del fin del mundo que marca el calendario maya. Asustados, siguen la lectura de los “katunes” y ante la inminencia del desastre acuden a consultar a un brujo, éste les dirá qué deben hacer para salvar el mundo. La propuesta se inspira en un hecho real suscitado en Yucatán en el 2010.