El danzón es uno de los ritmos más arraigados en nuestro país, nuestro pueblo disfruta y goza este maravilloso género que ha atravesado airoso otro siglo. El Danzón a veces ha sido perseguido y a veces estigmatizado, pero siempre ha salido limpio, sin mancha alguna de los productos que la modernidad deposita en el ambiente, productos perecederos que han ido desapareciendo, o encontrando sus lugares tercamente defendidos por la publicidad y el mercado.
Nada de eso ha pasado con el Danzón, un acto de amor repetido interminablemente en el que el respeto, la dulzura, la maestría y la sensualidad se entrelazan indisolublemente, un baile que mira risueño y comprensivo la catarata de retos y bamboleos con los que se han agitado los cuerpos durante los siglos.
Nuestro pueblo, como el Danzón, es parte de esta historia cotidiana, del gusto por el baile, del amor al Danzón. Historia sin héroes o historia en la que todos los participantes son héroes, historia de la cultura popular, recuento significativo de hechos en apariencia insignificantes pero que han moldeado una de las aristas más sólidas de eso que todo mundo menciona como identidad nacional. Por esto y por muchas razones más existe este espectáculo que de ser un sueño pasó a ser una hermosa realidad.
DanSoñando es ejecutado musicalmente con un cuarteto de guitarras, contrabajo, un clarinete -instrumento fundamental en los danzones- y percusiones, formato que lo refresca y le imprime una elegancia y delicadeza que el público agradece en todas nuestras actuaciones. En ésta ocasión se integra a esta agrupación el maestro Ernesto Anaya con su voz, su violín y su indudable creatividad y profesionalismo.
Primer Piso $250 Anfiteatro y Galería $150