Angélique es una cantante mulata de origen francés que trabaja en un bar de la Ciudad de México en 1959. El repertorio que canta está conformado por arreglos sorpresivos de música francesa, estadounidense y mexicana.

Entre canciones, hace gala de una agudeza e ironía sobre sus experiencias en México; narra cómo llegó al país, el por qué es políglota, así como sus raíces americanas, africanas y europeas; cuenta chistes y confronta los más profundos prejuicios raciales de nuestra cultura desde la perspectiva de una migrante.

ANGÉLIQUE, CRÍTICA A UNA SOCIEDAD QUE HA OCULTADO SUS RAÍCES AFRODESCENDIENTES BAJO EL MESTIZAJE Y EL RACISMO

Escrita y dirigida por Eduardo Castañeda, se presentará por única vez el domingo 10 de diciembre, acompañada de un quinteto de músicos destacados La propuesta se presentará en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris

La actriz y cantante Muriel Ricard llevará al escenario su icónico personaje Angélique para ofrecer una función especial del espectáculo de cabaret que lleva el mismo nombre y en el que el público apreciará las contradicciones del propio personaje y también de la sociedad que le rodea.

Angélique, escrita y dirigida por Eduardo Castañeda, se presentará por única vez el próximo domingo 10 de diciembre a las 18:00 horas en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, con el apoyo de la Dirección del Sistema de Teatros de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.

Con la participación de los músicos en escena Geo Enríquez, David Iracheta, Víctor Rincón, Ulises Tello y Carlos “Timmy” Bañales; arreglos musicales de Geo Enríquez; vestuario de Brisa Alonso, e iluminación de Gustavo Beltrán y Eduardo Castañeda, Angélique es un proyecto artístico cautivador que fusiona música y teatro para crear un espectáculo de cabaret verdaderamente único.

En el corazón de la historia se encuentra una actriz-cantante acompañada por talentosos músicos. Ella personifica lo que es ser diferente, exótico y, por supuesto, moderno. Su mirada es la del europeo fascinado por el "folclor" mexicano, pero también de una crítica sutil a las grandes contradicciones de una sociedad que durante siglos ha ocultado sus raíces afrodescendientes bajo el velo del mestizaje y el racismo.

Por ello, Ricard asegura: “Este espectáculo musical no es solo entretenimiento: es un espejo en el que los espectadores se ven a sí mismos y a la sociedad que los rodea. Ella desafía constantemente al cuestionar si aprovechamos al máximo cada momento de nuestras vidas. Insta a reflexionar sobre nuestros miedos a vivir plenamente, a no dejar que el pasado nos ate y a buscar la belleza en lo que consideramos diferente”.

Por ello, el personaje no es solo una figura ficticia en el escenario: representa una voz que obliga a reconocer las propias inhibiciones y prejuicios. Su perspectiva arroja luz sobre la complejidad de la identidad y la diversidad cultural en un mundo en constante evolución.

La actriz y cantante considera que el espectáculo de cabaret “es una experiencia transformadora que invita a considerar el presente como un momento digno de ser vivido plenamente. Es un llamado a la reflexión sobre la autenticidad y la necesidad de incorporar la poesía en la vida cotidiana. Desafía a mirar más allá de las apariencias y a abrazar la singularidad que todos llevan dentro”.

En última instancia, es un recordatorio apasionado de que cada día es una oportunidad para encontrar la belleza en lo diferente y abrazar nuestra propia singularidad. Es un llamado a la reflexión sobre la identidad, la diversidad cultural y la importancia de vivir con autenticidad en un mundo en constante cambio.

La puesta en escena desafía a mirar más allá de nuestras percepciones superficiales y a encontrar la verdadera esencia de lo que significa ser humano. En un mundo en el que a menudo nos aferramos a estereotipos y prejuicios, Angélique inspira a abrazar la diversidad y a celebrar lo que nos hace únicos.