Tres míseros muertos que no saben quién son, vagan cuál alma en pena hasta el día de hoy. Al parecer: El compita, El cmpiadre y Este güey (como se hacen llamar) fueron valientes cómicos que se ganaron la vida y la muerte escenificando historias de vergüenza nacional con picardía y vulgaridad entre la barriada y el jacal. Con el público presente escarbaran en la memoria, desenterrando su pena, gloria y la de un teatro que nos pertenece e inflamó de alegría y rebeldía a una nación entera. Porque aunque apeste a muerte; este es el teatro de la gente.