Solitario no se ha dejado ver desde hace tiempo. Su casa se encuentra silenciosa, a la orilla del pueblo. No quiere salir. Todo el pueblo le lleva a su puerta cosas que aman: una foto del viento, una canción que cantas en el coche, un rayo en un frasco. Solitario ignora todo eso. Pero una niña se queda parada frente a su puerta y no se va ir…