
Dos grupos de jóvenes en parques representativos de sus ciudades se encuentran en un juego de tiempo y espacio.
Es el año de 1950, cada grupo defiende y compite artísticamente con su cultura, de la danza de Leticia Cosío y la voz de Freddy Potenza surge un imposible amor, la distancia cultural y la fuerza de cada grupo interrumpe esta posibilidad del idilio.
La voz del cantaor y el tanguista, el baile sensual de los bailarines del tango y la rítmica y fuerza del flamenco, hacen el contraste, en el que surge el drama coreográfico y la fusión.