
Doña Beatriz Hernández (fundadora de Guadalajara) y La Minerva, (guerrera mítica protectora de la ciudad). Dos íconos de la cultura tapatía, se bajan de sus pedestales y se encuentran “casualmente” en una cantina, en la que deciden tomar cartas en algunos temas de género: estereotipos de belleza, machismo, la muy característica doble moral, diversidad sexual, desigualdad, discriminación y violencia.
Una reflexión profunda de sus habitantes en torno a la figura de la mujer ante la sociedad que va desde la Guadalajara colonial hasta la de nuestros días. Después de tantos años, hasta los monumentos se merecen un descanso.