En la frontera entre Holanda y Texas, Oscar y su madre esperan el cuerpo del difunto padre de familia, quien ha caído de alturas extranjeras. De la misma caída viene una mujer que camina, de ida y de vuelta, hacia el guardia de frontera, hacia el espejismo de un hogar. La poesía y el ácido humor de Jibbe Willems hace hablar a muertos, vivos y a todos los que caminamos entre esos dos extremos.