Somos el enemigo

Fechas: 

21 feb - 15 mar

Horarios: 
vie 20:30 h, sab 19:00 h y dom 18:00 h
Costo(s): 
$174.00
Elencos
Con: 
Rosaura Pérez Sanz

El montaje expone una visión del conflicto social y personal desde la acidez del bufón y el teatro gestual. En la propuesta conoceremos a Mari quien vive en la calle con su hermano pequeño, él vende mazapanes y ella bolea zapatos. Un día, Servicios sociales se lleva al pequeño y la pequeña emprende un viaje para recuperarlo. Al tratar de encontrarlo ella recurre a su último cliente, el Coronel Vizcaíno, para pedirle ayuda; la joven ingresa a las Fuerzas Armadas de la Paz, en la cual termina enlistándose a las tropas ¿encontrará a su hermano?

Bajo la dirección del actor, director y productor mexicano Froylán Tiscareño, la compañía Cococó Teatro presenta Somos el enemigo, durante febrero y marzo, una propuesta protagonizada por la española Rosaura Pérez Sanz, quien expone la visión del conflicto social y personal de una mujer sin hogar, a través de la acidez del bufón y el arte gestual.

La puesta, montada en el Foro A Poco No, narra la vida de Mari, una chica de la calle que bolea zapatos y vive con su hermano menor, quien vende mazapanes. Cuando los servicios sociales se llevan al pequeño, ella recurre a su último cliente para pedir ayuda y es orillada a ingresar en las Fuerzas Armadas de la Paz, en las cuales debe enlistarse y acostumbrarse a la vida militar si desea encontrar a su hermano.

Somos el enemigo está inspirada en el teatro gestual y de imágenes de Jacques Lecoq, espectáculos basados en la corporalidad que permiten al actor el cambio de energía y la forma física. Al utilizar recursos cinematográficos, como el uso de planos secuenciales y close up de personajes, la puesta se enriquece con partituras de movimiento dinámicas, curadurías musicales y una iluminación que juega de manera paulatina con el diseño, al estilo manierista.

El montaje es un tratado sobre la miseria y la violencia, que guarda su campo de acción en la imaginación del actor tanto como en la del espectador. Se trata de una progresión de sentimientos proporcionados al estilo oscuro del bufón, apoyándose en lo grotesco para hablar sin la vergüenza de lo que horroriza y permite incluso, reír de ello.

Desarrollada en un espacio vacío, la puesta se apoya de manera fundamental en la iluminación y crea un juego con la inocencia intelectual inicial de la protagonista y su transformación física, moral y ética dentro de un sistema de adiestramiento militar que la orilla a cometer los actos más sórdidos que jamás ha imaginado. Al realzar los momentos crueles con juegos especiales de luz, la propuesta remarca la monstruosidad de la falta de ética humana y potencia la crueldad de las palabras y las ideas.