
Fernando ha perdido las ganas de vivir y tras varios intentos fallidos de suicidio, decide apostarle a lo seguro y solicitar la eutanasia en una oficina gubernamental. Juntar los requisitos que la burocracia le pide, lo hará confrontarse con su pasado y su patetismo.
En un viaje entre la risa y la introspección, la historia nos hará descubrir que quizá el sentido de la vida está en los pequeños momentos.