Radio Piporro y los nietos de Don Eulalio

Fechas: 

del 18 al 28 may

Horarios: 
jue y vie 20 h, sáb 19 h y dom 18 h
Costo(s): 
$184.00
Elencos
Compañía: 
La Canavaty

Dos actores dicen ser los nietos del máximo icono norestense de cultura popular, el señor Eulalio González “El Piporro”. Estos fieles seguidores fundadores de la religión Piporresca buscan adentrar a los espectadores en la vida alucinante del que dicen que fue su abuelo, a través de la frecuencia modulada de su programa: Radio Piporro y Los Nietos de Don Eulalio.

En este viaje, se entreteje la ficción, el falso documental, destellos históricos de Nuevo León y la biografía de estos supuestos nietos de El Piporro para mostrar la violencia del norte.


DE MONTERREY, NUEVO LEÓN, LA COMPAÑÍA LA CANAVATY LLEGA CON RADIO PIPORRO Y LOS NIETOS DE DON EULALIO

Escrita y dirigida por Víctor Hernández, es una pieza que aborda identidad cultural, amor, muerte y olvido en el noroeste, a partir de Eulalio González El Piporro

La compañía de teatro La Canavaty, de Monterrey, Nuevo León, estará en la Ciudad de México para presentar Radio Piporro y los nietos de Don Eulalio, pieza que aborda temas como la identidad cultural, el amor y la muerte como manera de olvido, así como la otredad, a partir de uno de los personajes más populares y queridos del norte del país: Eulalio González El Piporro.

Escrita y dirigida por Víctor Hernández, quien actúa junto con Roberto Cázares, la puesta en escena hará una temporada del 18 al 28 de mayo, de jueves a domingo, en el Teatro Benito Juárez de la colonia Cuauhtémoc, con el apoyo de la Dirección del Sistema de Teatros de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.

Radio Piporro y los nietos de Don Eulalio se trata de un viaje delirante en el que se entretejen la ficción, el falso documental, algunos destellos de la historia del estado de Nuevo León y la autobiografía de los propios actores, para mostrar “la inherente violencia que se vive en el norte, a partir de una constante confrontación con su sentido de pertenencia y su identidad cultural”, según el propio Hernández.

Entre verdad y ficción, la pieza cuenta la historia de dos actores que “dicen ser” nietos del máximo ícono de la cultura popular del noreste del país: Eulalio González Ramírez El Piporro. Estos fieles seguidores buscan adentrar a los espectadores en la vida alucinante de su “abuelo” a través de la frecuencia modulada de su programa “Radio Piporro y Los nietos de Don Eulalio”.

Con esta metaficción historiográfica se adentran en la vida alucinante de su personaje idolatrado. Se representan a través de él para contar desde su nacimiento su eterno escape de “los colonizadores reptilianos sefarditas” (que dominan la ciudad y tienen el gran poder económico) que controlan Perros bravos y que, al capturarlo, pretenden adjudicarle una cultura que no le pertenece.

Víctor Hernández comenta: “Al hacerme preguntas sobre el contexto geográfico donde nací y en el origen de mi ascendencia, me encontré con el único vestigio que me revelaría respuestas y me empatizaba con mi abuelo: un disco de El Piporro.

“Ante la inexpresividad y el delirio de mi abuelo para relatarme su historia de vida y sin encontrar objetos significativos en sus pertenencias –dice–, decidí re-significar su historia fusionando su vida con la de Eulalio González y con la mía”.

Con la fusión de esta primera, segunda y tercera persona construí un personaje idílico con el propósito de encontrar un sentido al origen de mi existencia. Le di vida a esta figura emblemática para que me represente, representarlo y representarnos, afirma el autor, director y actor de la propuesta.

Y es que, en efecto, en la puesta en escena se tocan temas tales como “el origen de nuestra locura” a través de la crisis de identidad, el amor y la muerte como manera de olvido, y la otredad.

También, la acción que se comparte en esta pieza se construye a partir de pensar la vida de Eulalio González El Piporro, la de Víctor Hernández y la de sus ancestros, tal como fue, tal como pudo ser y como le hubiera gustado al autor que fuera.

En este cruce de tiempos –afirma finalmente el autor– se busca retratar la nostalgia de una cultura que ya no existe, pero que repercute y que es fundamental cuando se cuestiona el sentido de pertenencia y, sobre todo, el origen de su identidad: observamos el pasado, para entender el presente y vislumbrar un futuro.

Para el montaje colabora un amplio grupo de creativos neoleoneses, entre ellos la Producción general de Santiago Martínez, Hiram Kat en el diseño de producción, diseño gráfico y diseño sonoro; Teresa Arias, en las cortinillas musicales; José Luis Benavides en el diseño de iluminación; Miguel Pérez y Ricardo Daniel como coreógrafos, Patrick Casanova como Stage manager, Iván Flores como asistente de producción, Martín Rodríguez como asesor del actor popular, Javier Serna como asesor en artes performáticas y prácticas de lo real, y Luis Martín Garza como asesor de cultura popular norestense.

La propuesta es una Producción Nacional de Teatro realizada con el Estímulo Fiscal del artículo 190 de la LISR (EFIARTES), y un proyecto resultado del programa de Creadores Escénicos del FONCA 2016-2017.