
La adaptación de la tragedia shakespeareana está llena de brujería, destino y traición. Los protagonistas caen por su ingenuidad y el destino lejos de ser un designio superior es un gran chiste en el que Macbeth, infantil, cree en las promesas de poder de unas brujas barbonas y Lady Macbeth se imagina reina implacable, pero por ponerse la corona pierde la cabeza.