Luis Chavira Alva. Dedicación y profesionalismo

  • El próximo viernes 26 de septiembre se llevará a cabo un reconocimiento al director del Teatro Sergio Magaña por su labor al frente del recinto
  • Se llevará a cabo una emotiva develación de placa

El 1 de octubre de 1990, Luis Chavira Alva llegó al Auditorio Roberto Amorós (ubicado en la calle Sor Juana Inés de la Cruz 114, colonia Santa María La Ribera) con la convicción de que cada día hay una batalla que se tiene que librar en el ámbito de la cultura para lograr una transformación profunda del ser humano, a través del teatro, la danza, la música y de las artes en general.

Han pasado casi 24 años desde ese día y el Maestro Chavira sigue creyendo en la cultura como el motor del hombre. El próximo viernes 26 de septiembre, al finalizar la función de El amor de las luciérnagas se le realizará un reconocimiento, a través de una develación de placa, por su incansable y profesional trabajo al frente del recinto.

El maestro Chavira se ha convertido en una figura imprescindible al hablar del Teatro Sergio Magaña, no solo por el tiempo que lleva como titular del espacio, sino por ser un hombre que ha fomentado en su equipo una ética laboral que se refleja en el profesionalismo, afabilidad, atención a la comunidad y el deseo de atraer nuevos públicos.

Un año después de su llegada (en el marco del 3 Festival del Centro Histórico) el recinto cambió su nombre a Teatro Sergio Magaña, como reconocimiento al dramaturgo michoacano. Es este lugar enclavado en la colonia Santa María La Ribera, donde se puede testificar de la sonrisa con la cual es recibido, el megáfono que hace mención de la cartelera e invita a entrar y la amabilidad del personal (desde la taquillera hasta el policía), que trabajan todos los días por un bien común: el teatro.

En el número 58 de la revista PasodeGato, el apartado Perfil fue dedicado al maestro Chavira; sobre él escribieron Mario Espinosa, Hugo Arrevillaga y Alfonso Cárcamo, entre otras personas que dan cuenta de toda la labor que hace el director para la realización de ese milagro llamado acto teatral, que mueve y toca a quien lo presencia.

Arrevillaga escribió: “Puedo decir y asegurar que cuando un artista llega al Teatro Sergio Magaña, entra siempre por la puerta principal, recibido con los brazos abiertos de un hombre que tiene plena confianza, esperanza y cariño en quienes dedican su vida al arte”.

“El maestro Chavira lleva toda una vida formando parte de las artes escénicas mexicanas y trabajando en favor de hacer del teatro un espacio social que, a través del arte, sume a la construcción de una comunidad cada vez más sólida y dinámica”, afirmó Mario Espinosa.

En palabras del maestro Chavira: “lo que nunca nos ha faltado es el calor humano, la palabra amable, el buen consejo o alguna indicación o sugerencia para que se haga bien el trabajo…

“Hay que tener el espíritu de la ardilla, el estilo del castor y el don del ganso. El primero en cuanto a trabajar incansablemente en equipo, el segundo para colaborar y respetar las individualidades del equipo, en beneficio del grupo, y tercero para dar el verdadero ánimo y valor a lo que se está desarrollando y llevar así a feliz término una función", consideró en entrevista para la citada revista.

El maestro Chavira se ha desempeñado en la función pública como director del Teatro Ciudadela, coordinador técnico de las ediciones XIV, XV y XVI del Festival Internacional Cervantino y subdirector de Control de espectáculos del Instituto Nacional de Bellas Artes, entre otras encomiendas que ha llevado a cabo.

El viernes 26 de septiembre, al finalizar la función de El amor de las luciérnagas se llevará a cabo la develación de placa que celebra la trayectoria del maestro Luis Chavira Alva, en el Teatro Sergio Magaña (Sor Juana Inés de la Cruz 114, Santa María La Ribera, cerca del Metro San Cosme).

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