¡Cuidado!, ¡cierren la boca y abran los ojos!, ¡el Dr. Panza ataca de nuevo a ritmo de surf! Junto a sus achichincles, Chicharrón y Mueganito, se encargarán de que niñas y niños, padres y madres, coman hasta reventar. La corte Venenito amenaza a Panza con perder su doctorado si no traen a más niños gordos y padres obesos. Jairo y Julito se enfrentarán al terrible Dr. Panza. ¿Quién vencerá? Con música en vivo, canciones y mucho humor, esta farsa gastronómica busca divertir a las familias pero sobre todo hablar de temas importantes como el sobrepeso infantil, la discapacidad, el ser diferente y el bullying.
Las terribles desventuras del Dr. Panza es un divertido musical para niños que toca temas sensibles para el desarrollo de los pequeños, de una manera original y directa, además de contar con un formato musical y cómico que capta la atención de los infantes y los mantiene interesados durante toda la propuesta.
Ganador de la convocatoria Teatro escolar (2017), Las terribles desventuras del Dr. Panza regresan al Teatro Sergio Magaña, después de lograr exitosas temporadas en el Teatro Benito Juárez, en el Teatro el Galeón y en el Teatro Helénico.
México ocupa el primer lugar del mundo en obesidad infantil, y, con eso en la mente, el dramaturgo Ángel Luna escribió la obra que plantea temas tan importantes y difíciles de manejar como la sobreprotección de los padres, el bullying, la obesidad o el abandono, en una obra que además de ser profunda e interesante por sus temas, es divertida.
La dirección es de Roam Leon (integrante de la Orquesta Lavadero), quien da a la historia el tono adecuado para niños y adolescentes, con una comedia rápida, directa y muy familiar. La música y los arreglos fueron diseñados por Hazael Rivera y le dieron a la obra un sonido alegre y relajado con ritmo de surf. Es una comedia musical en la que mientras el público ríe y se divierte con el excéntrico Dr. Panza, se crea un puente efectivo para los padres con sus hijos.
La música se presenta en vivo, tanto en instrumentos como en las voces. El universo visual está dentro de la estética del steam punk, tanto la escenografía como el vestuario, obra de Mauricio Ascencio.
El Dr. Panza viene a preguntarnos ¿por qué comen los niños en exceso?, ¿qué será lo que los impulsa a comer mal?, ¿qué tanto cuidamos la alimentación de nuestros hijos?
El protagonista (alternan Gerson Martínez y Ángel Luna) necesita hacer engordar a más niños, y sus achichincles “Chicharrón” y “Mueganito” encuentran a Julito (Hugo Rocha), un niño que nació sin una mano y en la escuela lo molestan por esa razón, el Dr. Panza considera, en esa situación, una oportunidad para seducirlo a comer para ahogar su tristeza y de paso quitarse de encima a sus temibles jefes (Hiper, Trigi y Diab.)
“Escribí la obra pensando en mis papás y mi sobrino. Cuando era niño odiaba que me dijeran que hacer y sentía más empatía por los personajes malos de las historias, pero aún así entendía que estaba mal en los cuentos y su anécdota. Fue así que decidí escribir sobre un villano simpático que se dedicará a convencer a los niños de comer hasta enfermar y que fuera seductor, justo como la comida chatarra”, afirma Ángel Luna.
Las terribles desventuras del Dr. Panza evita decirle al niño lo que tiene que hacer, espera que el espectador llegue a entender lo que es correcto y lo que no al ver las consecuencias de los actos de cada personaje. La historia ayuda a los padres a explicar que cuando alguien quiere hacer daño, el niño tiene la capacidad de impedirlo y a los papás les ejemplifica, entre risas, que proteger demasiado puede lastimar sin querer.
El elenco se integra por Hugo Rocha, Bruno Salvador, Roam León, Ángel Luna, Gersón Martínez, Adrián Aranda y Hazael Rivera (quienes alternan funciones). La producción es de Jengibre teatro, Roberto Paredes es el iluminador y jefe técnico, Eduardo Romo es el stage manager y técnico de audio y en la asistencia general está Diego Vite.