Comedia oscura de corte cabaretero que critica la banalización de la fe por parte de quienes dirigen las diversas instituciones religiosas que operan –como si fueran cárteles– en el país.
Si bien la trama se desarrolla dentro de un convento, la crítica no se centra en Iglesia Católica, pues Dios se ha convertido en un proyecto redituable para quienes quieran explotarlo, como las sectas que ofrecen más y mejores resultados al feligrés, quien no se percata de que, a final de cuentas, se trata de recibir pan con lo mismo.
En un mundo en el que la publicidad lo engulle todo, la fe de los creyentes se ha convertido en un producto de telemercadeo que se traduce en dinero. Así, una monjita jovial y apasionada, una prostituta divertida y desfachatada y una madre superiora mezquina y arbitraria, nos llevan por el camino de la sátira para demostrarnos que, bajo los hábitos ocultos, no todo está a la vista de Dios.