La infancia y pre-adolescencia de La Bella durmiente aparecen en escena. Es la historia de una niña sobreprotegida y, por otro lado, un pequeño, hijo de la nana de la princesa, que se siente solo porque su mamá trabaja todo el día.
Es en el sueño en el que cae la princesa que resuelve algunos de sus problemas al darse cuenta de lo sucedido y la forma como el maleficio también alcanza al niño.
El espectáculo combina la narración de dos actores en el papel de unos padres que intentan hacer dormir a su hijo al contarle dos versiones sobre una princesa, mientras el escenario es tomado por un grupo de títeres de varilla que darán vida a las historias.