Dos personajes se conocen en un improvisado circo en el desierto. Contador debe llegar a la ciudad, más Rolando insiste en que se quede a ver la función que está a punto de comenzar. Dos actores, un texto fresco, una puesta lúdica, con un toque de comedia física y de magia escénica, que nos recordará la importancia de perseguir nuestros sueños y de atesorar los momentos de felicidad con nuestros seres amados.