
Ataraxia rememora las experiencias de encierro por la pandemia del COVID-19; otorga una experiencia sensible mediante una reflexión corporal sobre los procesos de soledad, incertidumbre y miedo, creando una atmósfera introspectiva junto a una escenografía de plantas, un diseño cálido de iluminación, sonorización en vivo y una danza sostenida e inspirada en la temporalidad difusa de una planta, que va de la tranquilidad a un agitado e inestable movimiento.
Visibiliza la importancia de la responsabilidad socioemocional y del cuidado de sí mismo desde valores como el amor propio y el respeto hacia las personas que nos rodean y el entorno natural del cual somos parte.